Chiloé está sufriendo una problemática medio ambiental imperante: la explotación indiscriminada del bosque nativo y la turbera. Esto puede traer efectos a corto plazo, como la escasez de agua y deterioro de la biodiversidad endémica del territorio.
¿Qué función cumplen los bosque nativos y las turberas?
Los bosques nativos y las turberas son fundamentales para la mantención del equilibrio ecositémico del territorio. Entre sus principales funciones, se destaca su acción como esponjas naturales que permiten la acumulación de agua en el subsuelo colaborando en la regulación del ciclo hidrológico y la calidad del agua como filtro natural, aportan a la conservación de la biodiversidad endémica dando refugio a diversas especies de flora y fauna, almacenan carbono, aportan a la calidad de los suelos protegiéndolos de la erosión, son productores de oxígeno, archivan información paleoambiental que puede ser utilizada para reconstruir los cambios paisajísticos del pasado, entre otras funciones.
¿Cuáles son los efectos de la destrucción del bosque nativo y la turbera?
En Chiloé, los bosques nativos y las turberas están siendo explotados indiscriminadamente, lo que está generando una importante degradación de estos ecosistemas. Su destrucción se asocia principalmente al deterioro de la biodiversidad endémica, además de la reducción de las reservas hidrológicas en el territorio generando sequías, problemática que tiene efectos directos sobre las comunidades locales.
Otro factor relevante a considerar es que la reducción de estos ecosistemas genera un empobrecimiento del patrimonio paisajístico, lo que afecta el desarrollo de actividades comerciales como el turismo.
Históricamente, las comunidades originarias y locales han estado relacionadas a la naturaleza. El bosque nativo y la turbera representan parte de su identidad. El daño a estos ecosistemas impacta la calidad de vida de las personas, el deterioro de la historia y cultura de los pueblos.
¿Qué podemos hacer para enfrentar esta problemática?
La problemática de la explotación de los bosques nativos y las turberas es un tema que debe ser abordado de manera sistémica. Los efectos del deterioro de estos espacios afecta no tan sólo a especies naturales, sino también a la comunidades locales.
Los bosque nativos y las turberas son fundamentales para la conservación de especies endémicas, tienen un rol en la mantención del equilibrio ecosistémico a nivel local y planetario. En Chiloé, las comunidades dependen de estos recursos naturales para la preservación del agua. Sin duda, ambos espacios deben ser protegidos.
Es fundamental que gobiernos y comunidades locales pongan freno a la destrucción de estos ecosistemas. Que les otorguen valor a través de iniciativas efectivas de conservación, no tan sólo por su alto valor biológico, sino también porque son fundamentales para su calidad de vida.
¡Sin bosque nativo ni turberas, no tendremos agua! Un duro mensaje que esperamos nos ayude a tomar consciencia sobre lo que estamos viviendo como pueblo Chilote.
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